Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

jueves, 25 de septiembre de 2025

Un paseo por la plaza de Rull

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de Rull, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 25 de septiembre, es el aniversario (25 de septiembre de 1865) de la declaración de guerra del conflicto denominado "Guerra del Pacífico", en el que intervino el personaje que da nombre a esta plaza, de ahí que hoy sea el mejor día para ExplicArte la plaza de Rull, de Sevilla.
     La plaza de Rull es, en el Callejero Sevillano, una plaza que se encuentra en el Barrio de San Vicente, del Distrito Casco Antiguo, entre las calles San Vicente, y García Ramos.
   La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario. Hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
       Como otras muchas plazas de la ciudad, se conoció en el pasado con el nombre de las calles limítrofes. Durante siglos se identificó indistintamente como plazuela del Garzo (actual García Ramos) y de San Vicente, aunque a principios del XVIII aparece documentada como plazuela de la Botica, al parecer por estar frente a ese establecimiento de la calle de San Vicente. Ese mismo nombre lo recoge González de León en 1839 y se mantuvo hasta 1868, en que se rotuló Rull, en memoria de un guardiamarina muerto en la campaña del Pacífico. Es ancha, rectangular y corta, con más aspecto de calle que de plaza, pues carece de cualquier referencia propia de ésta. Está pavimentada con grandes adoquines en mal estado y posee estrechas aceras de losetas. Se ilumina con farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas. Sólo posee seis casas, de tres plantas, y en su mayor parte de corte antiguo y bellas fachadas de los siglos XVIII y XIX. Algunas permanecen cerradas o en re­construcción. Se ha intercalado también algún edificio moderno que rompe la unidad arquitectónica del espacio. Tiene una función exclusivamente residencial, y es un lugar tranquilo y silencios incluso en las horas diurnas, en que, como otras plazas de la ciudad, sirve de aparcamiento de vehículos [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Rull, plaza de, 2
. Casa del siglo XVIII, de tres plantas, la superior con pilastras.
Rull, plaza de, 5. Casa de tres plantas, de tipo popular [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Guerra del Pacífico, conflicto en el que intervino el personaje homenajeado en el rótulo de esta vía
     La guerra hispano-sudamericana conocida en España como la guerra del Pacífico, fue un conflicto bélico naval que enfrentó a España contra una alianza formada por Chile, Perú, Bolivia y Ecuador entre 1865 y 1866. Los últimos dos países, a falta de medios, no participaron militarmente, pero dieron apoyo político a los primeros y le negaron el abastecimiento a la flota española.
     El conflicto se generó y agudizó en un periodo de continuas intervenciones de las potencias europeas en territorios de las nuevas repúblicas americanas, problemas diplomáticos pendientes, deudas impagadas y conceptos de honor inadecuados para la libertad de prensa y la destructividad de las armas alcanzados a mediados del siglo xix. En esas circunstancias, los temerarios actos de una flotilla española hicieron temer en las capitales de los países de la costa del Pacífico un intento borbón de reconquista. Julio F. Guillén afirma que La campaña del Pacífico (1863-66), por los continuos errores de uno y otro bando desembocó en una guerra estúpida, de la que un historiador nuestro afirma que fue sin objeto ni objetivos y que nadie pone en claro de qué modo empezó.
     El detonador fue una reyerta entre civiles peruanos y españoles que no fue resuelta satisfactoriamente y escaló a nivel internacional. Cuando el gobierno peruano de Pezet se negó a aceptar las condiciones españolas para la solución del impasse, las islas Chincha, fuente principal de las recaudaciones fiscales, fueron ocupadas el 14 de abril de 1864 por los marinos españoles. El Perú, sin poder naval suficiente para desalojarlos, debió aceptar en el Tratado Vivanco-Pareja las condiciones exigidas por la antigua potencia imperial, lo que causó su derrocamiento y reemplazo por la dictadura de Mariano Ignacio Prado. Chile intervino en el conflicto negándose a abastecer a los buques españoles primero y declarando la guerra a España el 25 de septiembre de 1865 tras un ultimátum español, Perú lo hizo el 14 de enero de 18664​:239 y le seguirían en ese mismo año Ecuador y Bolivia.
     Las operaciones militares de esta guerra se concentraron en las costas de Chile y Perú, entre finales de 1865 y mediados de 1866, siendo sus principales acciones los combates navales de Papudo y Abtao, el bombardeo de Valparaíso y el combate del Callao.
     Las hostilidades terminaron a mediados de 1866, si bien no se firmaría un armisticio hasta 1871. Los tratados de paz se firmaron de forma bilateral entre cada país sudamericano y España en los años 1879 (Perú y Bolivia), 1883 (Chile) y 1885 (Ecuador).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de Rull, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La plaza de Rull, al detalle:
Edificio de la plaza de Rull, 2
Edificio de la plaza de Rull, 5

miércoles, 24 de septiembre de 2025

El Centro Cultural Convento del Corpus Christi (antiguo Convento de la Merced), en El Viso del Alcor (Sevilla)

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Centro Cultural Convento del Corpus Christi (antiguo Convento de la Merced), en Osuna (Sevilla).         
     Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced que significa “misericordia”, advocación que se remonta al siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a San Pedro Nolasco y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos. Ante este deseo, se funda la orden de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España, y San Pedro Nolasco fue nombrado por el Papa Gregorio IX como Superior General. Más adelante, en el año 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como la Fiesta de la Virgen de la Merced en toda la Iglesia.   
     Y que mejor día que hoy, para ExplicArte el Centro Cultural Convento del Corpus Christi (antiguo Convento de la Merced), en El Viso del Alcor (Sevilla)
     El Centro Cultural Convento del Corpus Christi (antiguo Convento de la Merced), se encuentra en la c/ Convento, 6; en El Viso del Alcor (Sevilla).
     El Centro Cultural Convento del Corpus Christi es el centro de la cultura de nuestro pueblo. Un espacio expositivo, de conferencias, conciertos y diversas actividades relacionadas con la cultura y las tradiciones. Situado en un remodelado convento mercedario, en la planta baja se ha dispuesto de un punto de control junto a la entrada, un almacén, los aseos y un espacio para la administración del edificio. La intervención fundamental consiste en el cerramiento de la galería al patio, con carpinterías de madera y vidrio, la remodelación del patio y la adecuación de una sala polivalente.
     En planta alta se ha dispuesto la galería como zona expositiva permanente, de manera que incorpora iluminación, panelado y vitrinas específicas para exposiciones. También hay una sala diáfana en forma de L que puede compatibilizar sus usos entre los expositivos y los formativos. Se recupera también un gran espacio para la realización de conferencias (Ayuntamiento de El Viso del Alcor).
     El convento de los Mercedarios Descalzos del Corpus Christi, anexo al cual se encuentra la Iglesia Conventual, se edificó entre 1604 y 1617, por Diego Pérez Alcaraz, para que se ubicase en éste una comunidad de frailes mercedarios. 
     No obstante, de estas edificaciones sólo se conservan el claustro y escalera del Convento y de la Iglesia. 
     El claustro del convento presenta cuatro frentes con seis pilares dóricos cada uno, los cuáles se unen mediante arcos de medio punto. Las galerías del claustro se cubren con bóvedas de medio cañón con lunetos, que se sustentan con arcos fajones, excepto los cuatro vértices (del tipo aljibe). El piso inferior se separa del primero mediante un friso volado, corrido y un arquitrabe decorado con gotas. El piso superior consta de balcones y lienzos alternados (Turismo de la Provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Festividad de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes;
   La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación, que deriva del latín merces, que significa: dádiva, gracia, por lo que puede entenderse como Nuestra Señora de la Misericordia. San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas de Barcelona, empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía en 1203. Se dice que el uno de agosto de 1218, fiesta de San Pietro ad Vincula, tuvo una visita de la Santísima Virgen, dándose a conocer como La Merced, que lo exhortaba a fundar una Orden religiosa con ese fin principal de redimir a cristianos cautivos de los musulmanes y piratas sarracenos. 
     San Pedro Nolasco consumó la creación de la Orden de la Merced en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I el Conquistador y el asesoramiento del dominico canonista San Raimundo de Peñafort, el diez de agosto de ese mismo año 1218: recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I el Conquistador. El Papa Gregorio IX de Segni, quien aprobó la orden el diecisiete de enero de 1235, con la Regla de San Agustín. En 1245, muere el fundador.  Se tienen testimonios de esta advocación mariana en medallas desde mediados del siglo XIII. En las primeras Constituciones de la Orden, de 1272, redactadas en Capítulo General, la Orden recibe ya el título de Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de los cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona. La devoción a la Virgen de la Merced se difundió a partir de la fundación de la Orden como un reguero de pólvora por Cataluña y por toda España, incluida Cerdeña, por Francia y por Italia, con la labor de redención de estos religiosos y sus cofrades. Con la evangelización de América, en la que la Orden de la Merced participó desde sus mismos inicios, la devoción se extendió y arraigó profundamente en todo el territorio americano. 
     La fiesta dedicada a su patrona fue instituida a instancias de los mercedarios como acción de gracias por la fundación de la Orden. La primera concesión a los mercedarios de un Oficio para esta fiesta se hizo el cuatro de abril de 1615.  Inocencio XI Odescalchi la extendió a la Iglesia española en 1680 e Inocencio XII Pignatelli a toda la Iglesia Latina el doce de febrero de 1696. Reducida en 1960 a simple conmemoración en la reforma del Beato Juan XXIII, fue suprimida del calendario universal e incluso nacional de España en el del uso ordinario de 1969 (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
       Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Centro Cultural Convento del Corpus Christi (antiguo Convento de la Merced), en Osuna (Sevilla). Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia.

Más sobre la localidad de El Viso del Alcor (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.

Un paseo por la plaza de las Mercedarias

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de las Mercedarias, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced que significa “misericordia”, advocación que se remonta al siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a San Pedro Nolasco y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos. Ante este deseo, se funda la orden de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España, y San Pedro Nolasco fue nombrado por el Papa Gregorio IX como Superior General. Más adelante, en el año 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como la Fiesta de la Virgen de la Merced en toda la Iglesia.
     Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la plaza de las Mercedarias, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La plaza de las Mercedarias es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo; entre las calles Vidrio, Garci-Pérez, Levíes, y Conde de Ibarra
     La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario.
     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer. 
     Las primeras referencias documentales a la misma (1580) son como calle o plazuela de la Marquesa de Villanueva, quien tenía allí sus casas. Desde 1656, al menos, es nom­brada como plaza de San Bartolomé, por la proximidad de la parroquia de igual advoca­ción, que entonces se encontraba en el tramo final de Levíes. En 1845 pasó a llamarse plaza de las Mercedarias Descalzas, por el convento de religiosas allí fundado en 1623; pronto se abrevió en Mercedarias, pero hasta mediados de la presente centuria documentos escritos y cartográficos la han denominado comúnmente plaza de las Mercenarias.
     Presenta una planta alargada e irregular, producto de la línea quebrada del convento de San José. La calzada fue empedrada y enladrillada en 1585, y adoquinada en 1898 por vez primera; actualmente posee aceras de losetas y calzadas de reciente adoquinado. Se ilumina mediante farolas con brazos de fundición adosados a las fachadas. Delante del convento se dispone una pequeña zona pavimentada con losas de Tarifa, cuya planta corrige la quebrada de la plaza y regulariza la línea de la calzada. Carece de mobiliario urbano, salvo tres brachichitones de buen porte y una cruz de hierro sobre peana de material y columna de mármol, que se levanta en una de las rinconadas que tiene; en 1718 la Hermandad del Santísimo Cristo de las Ánimas con sede en la iglesia de San Bartolomé, solicitó poder cercarla con una baranda de hierro; en 1840 la cruz fue levantada; estaba en su sitio en 1952, fecha en que J. Sierra González hizo una detallada descripción de la plaza (ABC. 28-Xll- 1952), pero más tarde sufriría algún destrozo, porque de nuevo fue repuesta en 1978. En 1906 fue colocado un urinario público, hoy inexistente, al igual que la fuentecita de mármol blanco que describe Sierra.
     Uno de sus frentes, el más largo y rectilíneo, prolongación de la acera de los impa­res de Conde de Ibarra, está ocupado por el Monasterio de la Visitación de Santa María de las religiosas salesas, terminado en 1897; su fachada es de ladrillo y posee elementos arquitectónicos de carácter historicista; en 1895 decía la prensa en relación a su edificación: "...Gran número de personas visitan a diario dichas obras, admirando la suntuosidad que por todas parte revela el edificio por la riqueza de los materiales, que abundan en mármoles, lo magnifico de la portada,..." (El Progreso, 7-V-1895). 
     Un segundo frente está ocupado por una vivienda tradi­cional de dos plantas, recientemente restaurada, y otras dos de escalera, de tres plantas, fechadas en 1882; finalmente en el tercer frente se sitúa el antiguo convento de San José de las Mercedarias Descalzas, muy re­formado después del incendio que sufrió en 1936; sobre la portada del s XVII, de tonos ocres, hay un azulejo de la Virgen de la Merced; actualmente cumple también funciones escolares. La plaza ofrece un aspecto tranquilo y al mismo tiempo descuidado. Posee escasa circulación rodada, pero los vehículos la invaden para aparcar. Adquiere particular animación los días que salen en procesión la Virgen de la Alegría, desde la parroquia de San Bartolomé, en el mes de mayo, y la Virgen de la Luz, desde San Esteban, en el mes de septiembre [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Mercedarias, plaza de las. 1. Restos de la iglesia del convento de las Mercedarias. Sobre la portada barroca se conserva un azulejo de la Virgen de la Merced [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Festividad de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes;
   La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación, que deriva del latín merces, que significa: dádiva, gracia, por lo que puede entenderse como Nuestra Señora de la Misericordia. San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas de Barcelona, empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía en 1203. Se dice que el uno de agosto de 1218, fiesta de San Pietro ad Vincula, tuvo una visita de la Santísima Virgen, dándose a conocer como La Merced, que lo exhortaba a fundar una Orden religiosa con ese fin principal de redimir a cristianos cautivos de los musulmanes y piratas sarracenos. San Pedro Nolasco consumó la creación de la Orden de la Merced en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I el Conquistador y el asesoramiento del dominico canonista San Raimundo de Peñafort, el diez de agosto de ese mismo año 1218: recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I el Conquistador. El Papa Gregorio IX de Segni, quien aprobó la orden el diecisiete de enero de 1235, con la Regla de San Agustín. En 1245, muere el fundador.  Se tienen testimonios de esta advocación mariana en medallas desde mediados del siglo XIII. En las primeras Constituciones de la Orden, de 1272, redactadas en Capítulo General, la Orden recibe ya el título de Orden de la Virgen de la Merced de la Redención de los cristianos cautivos de Santa Eulalia de Barcelona. 
     La devoción a la Virgen de la Merced se difundió a partir de la fundación de la Orden como un reguero de pólvora por Cataluña y por toda España, incluida Cerdeña, por Francia y por Italia, con la labor de redención de estos religiosos y sus cofrades. Con la evangelización de América, en la que la Orden de la Merced participó desde sus mismos inicios, la devoción se extendió y arraigó profundamente en todo el territorio americano. La fiesta dedicada a su patrona fue instituida a instancias de los mercedarios como acción de gracias por la fundación de la Orden. La primera concesión a los mercedarios de un Oficio para esta fiesta se hizo el cuatro de abril de 1615.  Inocencio XI Odescalchi la extendió a la Iglesia española en 1680 e Inocencio XII Pignatelli a toda la Iglesia Latina el doce de febrero de 1696. Reducida en 1960 a simple conmemoración en la reforma del Beato Juan XXIII, fue suprimida del calendario universal e incluso nacional de España en el del uso ordinario de 1969 (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
         Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de las Mercedarias, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La Plaza de las Mercedarias, al detalle:
- Convento de las Mercedarias de San José

martes, 23 de septiembre de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de la Magdalena, Ermita de San Benito, Ermita de San Juan, y Casa de Pedro de Valdivia) de la localidad de Castuera, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de la Magdalena, Ermita de San Benito, Ermita de San Juan, y Casa de Pedro de Valdivia) de la localidad de Castuera, en la provincia de Badajoz.
     La población se asienta en su área más característica, sobre una amplia penillanura de orografía suavemente alomada, ocupando un espacio calmo en el que únicamente destacan sobre el paisaje, alterando la diafanidad de los horizontes, las sierras del Pozón y los Pinos.
     El terreno es duro y poco profundo, formado por materiales pizarrosos y graníticos cubiertos de dehesa, olivares y viñedo, con predominio de los pastos que configuran el núcleo central de la Real Dehesa de la Serena. La economía es agrícola, y sobre todo, ganadera.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 432 Km2
     Altitud: 512 m.
     Distancia Capital: 157 Km.
     Partido Judicial: Castuera
     Comarca: La Serena
     Otras Entidades: Pantano del Zújar, a 300 m. de altitud
     Gentilicio: Castuerano
Ayuntamiento de Castuera
     Plaza de España, 1
     06420 Castuera (Badajoz)
     Teléfono: 924772301 - 924772361
     Fax: 924760563
     Web: www.castuera.es
Historia.-
     Castuera es una de las poblaciones más importantes del Partido Judicial, constituyendo uno de sus centros más representativos. La población se asienta en su área más característica, sobre una amplia penillanura de orografía suavemente alomada, ocupando un espacio calmo en el que únicamente destacan sobre el paisaje, alterando la diafanidad de los horizontes, las sierras del Pozón y los Pinos.
     El terreno es duro y poco profundo, formado por materiales pizarrosos y graníticos cubiertos de dehesa, olivares y viñedo, con predominio de los pastos que configuran el núcleo central de la Real Dehesa de la Serena. La economía es agrícola, y sobre todo, ganadera.
     Restos prehistóricos y romanos atestiguan la presencia de moradores en este lugar desde los tiempos más remotos. Los antecedentes directos de la población actual se encuentran en la etapa de la Reconquista, conectándose con el asentamiento establecido por Fernando III en el paraje llamado Valle Hermoso, como base para la ocupación del castillo, de Benquerencia. Según la tradición, el nombre inicial de este núcleo, a partir del cual se consolidó la población presente, fue el de Castuera, tomado de una venta existente en ese punto, y del que posteriormente derivaría el de Castuera. Otras versiones han defendido, en estimación menos documentada, las conexiones del topónimo con un supuesto enclave romano de tradición túrdula llamado Castrum Erat.
     Durante la etapa medieval el lugar perteneció a la Orden de Alcántara bajo la jurisdicción de Magacela; aunque curiosamente sin detentar, no obstante su considerable entidad y su estratégica situación, la categoría de Encomienda que si ostentaban enclaves más reducidos, como Galizuela. En 1.632 obtuvo autonomía como Villa exenta. En su escudo heráldico histórico campea la siguiente leyenda: "La muerte menos temida da más vida".
     El foco de mayor antigüedad del asentamiento se localiza en el punto más elevado de la población, llamado el Cerrillo. Aquí se situó, como parroquia primitiva, la ermita de San Juan, en cuyo entorno se articula el barrio de ese nombre. En el extremo contrario, próxima al camino viejo de Cabeza del Buey, se encontraba una charca utilizada como abrevadero para los ganados.
     Como realidad insólita en la región, de la que tan sólo en Olivenza se repetía una muestra, Castuera contaba todavía en el siglo XIX con cinco molinos de viento, erigidos en los alto del Cerrillo.
     A mediados de la centuria pasada, Castuera era ya un núcleo de notable entidad, compuesto por un millar de casas, casi todas con una sola altura, dos plazas y 25 calles "bastante rectas, empedradas y limpias", según atestiguan fuentes de la época, y 5.500 habitantes.
     En 1.930, aunque su censo había aumentado a 7.500 habitantes, las restantes circunstancias permanecían prácticamente lo mismo que el siglo anterior. Una transformación radical ha tenido lugar, sin embargo, en las últimas décadas, habiéndose convertido la secular población rural en un centro urbano dinámico y activo, con corte de ciudad moderna de más de 8.000 habitantes, magníficamente comunicada por una red de excelentes vías y nudo fundamental por su estratégica situación, en el eje Don Benito - Villanueva a Cabeza del Buey (Diputación Provincial de Badajoz).
     Las calles y callejuelas de este municipio pacense esconden la huella de la historia y de la tradición más arraigada.
     Perteneciente a la provincia de Badajoz, el municipio de Castuera fue fundado entre los siglos XIII y XIV como la Comarca de La Serena.
     Pero su antigüedad queda mas que probada por los restos romanos encontrados en la zona. Aunque no son los únicos vestigios históricos que atesora este municipio, como demuestran la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso, el palacio de los Condes de Ayala, el museo del turrón o antigua fabrica de harinas, la Casa de La Serena y otros palacios y casas solariegas que puedes descubrir en tu paseo por las callejuelas y plazas y por el típico barrio del Cerrillo.
     El otro gran tesoro de Castuera son sus fiestas que han pervivido hasta la actualidad, guardando la tradición más arraigada de este municipio. Así lo atestiguan Las Candelarias, que reúnen a los castueranos en los campos para comer el pastel típico de ese día: las "regañás"; o la romería de San Isidro.
     No puedes dejar de probar el turrón de Castuera, así como su miel y sus almendras garrapiñadas y, por supuesto, la caldereta extremeña y los famosos gazpachos de huevo. Pero, sin duda, la gran estrella gastronómica de este municipio es el popular queso de la Serena, un queso cremoso hecho con leche de oveja, muy apreciado y que cuenta con gran cantidad de premios.
     Y después de comer, lo mejor es que des un largo paseo por una de las rutas trazadas por los contornos. Puedes visitar el embalse del Zújar, en el que podrás realizar varias actividades deportivas, como el rafting o ir en canoa; o el embalse de La Serena, que ocupan la parte norte de este municipio (Turismo de Extremadura).
     Castuera* es una villa de aire entre nobiliario y ganadero, que reúne en un nudo de comunicaciones las principales vías de la comarca, varios dólmenes inventariados y un menhir.
     La iglesia de la Magdalena, su monumento más significativo, fue construida en el siglo XVIII y en ella destaca, aunque inconclusa, la portada renacentista rematada por la cruz de la Orden de Alcántara entre motivos vegetales. De su importante pasado, la villa conserva casonas nobiliarias con elementos góticos y renacentistas, especialmente en el barrio de San Juan, en una de cuyas casas puede verse una hermosa ventana mudéjar del siglo XV. Edificios no carentes de interés son también la ermita de San Benito (siglo XVII), con por­tada de influencia plateresca, y la de San Juan (siglo XVI). Por su valor histórico, debe citarse la casa de Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile, del que Castuera disputa a Campanario y Villanueva el honor de ser cuna. Habilitada como casa-museo, acoge una interesante colección de objetos relacionados con tradiciones y costumbres populares. Los quesos de oveja que aquí se elaboran son de gran calidad, en consonancia con el mantenimiento de una importante cabaña de ganado ovino, al cual se dedica todos los años, a principios de septiembre, un certamen ferial muy concurrido (Alfredo J. Ramos, y Santiago Llorente. Guía Total, Extremadura. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Monumentos.-
     La ermita de San Juan, fundada en el siglo XV, es una construcción modesta. Cerca de ella se hallaba el primitivo hospital de Caridad dependiente de la Orden de Alcántara. En su entorno se concentraban las viejas casas hidalgas correspondientes a los linajes de mayor abolengo -Calderón, Barrantes, Chaves, Muñoz... - luciendo en sus fachadas las potentes portadas de granito y piedras armeras que caracterizan la arquitectura de la zona.
     Entre ellas cabe mencionar como muestra representativa, la llamada Casa de las Sirenas por las que aparecen en su dintel. Pieza de singular atractivo, es la ventana geminada de sabor morisco que perdura en la Plaza de San Juan. Una lápida señala una de estas casas solariegas como la del conquistador Pedro de Valdivia, no obstante, no está establecido con seguridad el nacimiento del personaje en esta localidad.
     Otras realizaciones históricas de interés son las ermitas de Santa Ana, los Mártires, y San Benito, todas de origen medieval, así como la Audiencia vieja y Pósito, erigida en 1.529.
     En ésta, llama la atención la severa fachada granítica con inscripción alusiva sobre el frontón. A finales del siglo pasado el edificio estuvo dedicado a Teatro y ya en éste, a Hogar Juvenil.
     El hito monumental más señalado de la localidad es la iglesia parroquial de la Magdalena, que se sitúa en el centro de la villa. Se trata de obra del XVIII, sin concluir, con la zona inferior realizada en sillares, en la que se distingue su potente torre. La portada principal presenta grandes columnas laterales con remate de rica decoración, sobre la que, al igual que en las otras dos, luce el escudo de la Orden de Alcántara. Una escalinata de amplias proporciones enfatiza la fachada frontal, ante la que se abre la plaza principal de la población.
     Algunos palacetes del siglo pasado, como el que ocupa el Casino, se destacan como hitos significados entre el caserío tradicional. Éste queda configurado en los tejidos más antiguos por edificaciones de tipo popular según el modelo del Partido Judicial; esto es, con puertas y ventanas de fuertes recercos graníticos resaltando sobre las fachadas encaladas.
     La Oficina de Turismo se encuentra ubicada en el Palacio de los Condes de Ayala, edificio de finales del siglo XIX y principios del XX, acondicionado en parte para servicios comarcales. Se trata de uno de los hitos más importantes de arquitectura popular (Diputación de Badajoz).

          Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de la Magdalena, Ermita de San Benito, Ermita de San Juan, y Casa de Pedro de Valdivia) de la localidad de Castuera, en la provincia de Badajoz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia pacense.

Más sobre la provincia de Badajoz, en ExplicArte Sevilla.

La Sala IV del Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Sala IV del Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses, de Sevilla.    
     El Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses [nº 40 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 78 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle San Luis, 37; en el Barrio de la Feria, del Distrito Casco Antiguo.
     La sanidad y la asistencia social en la Sevilla del Antiguo Régimen eran radicalmente diferentes a las actuales. Estaban a cargo de asociaciones y fundaciones religiosas particulares: gremios, parroquias, hermandades o patronatos, primando sus objetivos religiosos y caritativos. Del importante número de los llamados hospitales que existieron en Sevilla  la mayoría actuaban como asilos de necesitados o como refugios para los dolientes. Contaban con pocas camas y bajo presupuesto debido a sus escasas rentas devaluadas por la mala administración y los vaivenes de la economía.
     Su objetivo era acoger más que curar y solo algunos se especializaron en determinadas dolencias o disponían de algún personal facultativo, en realidad, solo uno, el de San Hermenegildo, que curaba fracturas y heridas. Otra característica era su especialización, para hombres o mujeres, para incurables, leprosos, sifilíticos, convalecientes etc. Además, la mentalidad barroca, como la medieval, entendía la salud y la miseria ligadas a la enfermedad del alma y al pecado, por lo cual la cura de almas resultaba igualmente imprescindible y el culto divino era esencial en todos los hospitales, de ahí la importancia del arte religioso en el legado que exponemos ahora por primera vez.
     La Diputación, heredera del sistema sanitario antiguo, pone a la disposición de toda la sociedad, el notable Patrimonio Histórico de estas instituciones asistenciales que pasaron a depender de la Beneficencia Provincial en el siglo XIX. Así se hace visible la cara menos amable del Barroco, con obras que nos hablan de enfermedad, abandono, miseria y muerte que, con su exposición ordenada por instituciones, procura recuperar el sentido original que le dieron los artistas y promotores.
     Se ha intentado hacer una selección representativa de las diferentes instituciones, teniendo en cuenta tanto su valor artístico como el documental.
     Esperamos que con el tiempo se pueda ir ampliando la colección expuesta con nuevas obras restauradas o con diferentes perspectivas.
     No se muestran solo obras maestras de primer nivel, que también existen, sino que se ha procurado hablar de otra realidad, las obras ligadas al culto interno de los hospitales que hablan de devoción, dolor y beneficencia caritativa. Esto no merma el interés histórico o artístico de la muestra, sino que completa la visión espléndida, positiva y optimista del Barroco jesuítico de San Luis. Podremos observar a los titulares de los antiguos hospitales, parte de las series pictóricas que los preservaban y las imágenes de sacrificio, martirio y dolor que los consolaban e incluso los legados o retratos de alguno de los fundadores y benefactores.
     Por otra parte, y al tiempo, comprobaremos la pervivencia de los modelos de los grandes maestros sevillanos en sus discípulos y seguidores. Abundan las obras de discípulos y seguidores y miembros de la Academia de Murillo que permiten contextualizar y entender las magníficas pinturas de las dos capillas de San Luis. Igualmente, podremos observar la dependencia continuada de la pintura sevillana del siglo de oro de las estampas, copias y versiones de la gran pintura europea, especialmente flamenca e italiana.
     Aunque parcial e incompleta, puede constituir una colección esclarecedora de un período de crisis, constituyendo la otra cara complementaria del Barroco triunfal y festivo que nos proporciona el conjunto de San Luis. También podremos recordar el momento de transición que supuso el siglo XIX, donde confluyeron la caída del Antiguo Régimen con su herencia recibida, la incipiente Diputación, los inicios del Estado liberal que deseaba ocupar el protagonismo de la Iglesia en la beneficencia pública.
      El cuarto espacio expositivo posee joyas patrimoniales procedentes de la antigua Casa Cuna. Destaca en ese espacio el excelente conjunto escultórico de "San José con el Niño", tallado por Duque Cornejo. San José era el titular de la Casa Cuna, que se conocía como Hospital de San José, por eso también hay otro con el Niño, anónimo hispanoamericano del siglo XVIII. Allí también sobresale una "Sagrada Familia" del pintor flamenco afincado en Olivares Juan de Roelas. Igualmente se aprecia una "Virgen con el Niño", que es una versión del siglo XVII de un lienzo que pintara Van der Weyden, reputado artista flamenco del siglo XV. Además sobresale una "Sagrada Familia con niños expósitos", un anónimo sevillano pintado hacia 1700. Se observa a San José, la Virgen y el Niño protegiendo las cunas de unos niños en una institución donde morían el ochenta por ciento de los infantes.
     Fundada en 1558 por la Hermandad dedicada al Patriarca San José y a Nuestra Señora del Amparo para la crianza de los numerosos niños expósitos que habían sido abandonados en las plazas y calles de la ciudad. Al entrar en la casa, una inscripción daba la bienvenida "Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me acogerá" (salmo 26, 10).
     La primera Casa Cuna se encontraba entre los números 13 y 17 de la antigua calle Arqueros. En 1627 se trasladó a la calle de la Carpintería, hoy Cuna. De este edificio no queda vestigio visible. Hoy, ese espacio, está ocupado por el Teatro Pathé.
     Durante el s. XVII ingresaron unos 25.000 niños, 28.000 en el s. XVIII y casi 71.000 entre 1800 y 1910. Su tasa de mortalidad era enorme: 70 % en el XVII, 80 % en el XVIII y casi el 85% entre 1800 y 1910.
     Se exponen obras vinculadas a la infancia de Jesús, la Virgen y San José, destacando la Virgen de la Faja y La Sagrada Familia de Roelas. Un documento excepcional es La Sagrada Familia protegiendo a los niños expósitos, donde vemos aquellas salas abarrotadas de cunas con bebés fajados. También Las Mandas nos permiten conocer a los donantes y promotores.
     En la documentación del archivo de la Casa Cuna se expone la situación extrema de los niños abandonados en la Edad Moderna:
          "expuestos a la ynclemencia de los temporales que ya por el rigor de los fríos en su tierna edad y desabrigo, ya por la impiedad de los perros faltos del natural ynstinto apenas auian auierto los ojos a esta vida, quando se hallauan despojados della con su temprana muerte... quedando priuados de gozar de Dios para siempre por faltarles el agua del sancto Baptismo muriendo antes de rezeuirla''. (ADPSE Casa Cuna, libro protocolo de la Casa Hospital del Señor San José, libro II)
     Desgraciadamente la falta de recursos impedía cuidar adecuadamente a los bebés, siempre con un número insuficiente de nodrizas, de forma que la malnutrición y el hacinamiento provocaban una mortalidad superior al 70 % de los ingresados, tal como documentó D. Carlos Álvarez Santaló. No eran cifras exclusivas de este centro, sino que eran semejantes a las de las de otras "cunas" europeas.
     En 1733 la junta de la Casa Cuna acordó demoler su antigua capilla y construir una nueva sobre trazas del arquitecto Diego Antonio Díaz. Pedro Duque Cornejo, realizó poco después una nueva imagen del santo titular, San José con el Niño por encargo del comerciante José Alonso de Ortigosa que podemos admirar restaurada en el centro de la sala.
     Richard Ford, que vivió en Sevilla, proporcionó una visión terrible de la casa Cuna: Los que quieran cebarse en horrores pueden visitar el hospital de los expósitos, la Cuna, como se le llama en España, como si, en efecto fuese la cuna y no el ataúd de los desgraciados niños. (...) R. Ford: Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa, Madrid 1990. P. 257 y 258.
     También se escandalizaba con la "admisión anónima" mediante un torno que permanecía abierto día y noche, al igual que en Madrid en el Refugio o en Lisboa, donde todavía se conserva el torno en el Museo de San Roque. Igualmente describe la famosa inscripción de la recepción.
     En 1838 la institución pasó a ser regida por La Junta de Señoras Protectora de los niños Expósitos de Sevilla y la asistencia directa se puso en manos de las hijas de la Caridad.
     Junto al titular se exponen las mandas con la lista de benefactores del siglo XVII y la relación de donaciones y obligaciones de culto privado que la casa tenía comprometidas con los más generosos como el clérigo Andrés Conde de Ribera.
     Se muestran también obras vinculadas a la infancia de Jesús, la maternidad de la Virgen y la Sagrada Familia, modelo de familia de adopción y de amor, que habría de procurar protección espiritual y material a los acogidos. Destacan La Virgen de la Faja de Alonso Miguel de Tovar copia de calidad del original de Murillo y la excelente Sagrada familia de Roelas. Un documento excepcional es La Sagrada familia protegiendo a los niños expósitos que permite visualizar aquellas salas abarrotadas de cunas con bebés fajados, donde la transmisión de enfermedades era la norma. Además, se muestran copias notables de una pareja de Ecce Homo y Dolorosa de Murillo y otras dos de Vírgenes orando, siguiendo originales de Sassoferrato. También se muestra La huida a Egipto atribuida a Cornelis Schut III que muestra las múltiples influencias que este maestro recibió y la calidad de su pintura a medio camino entre Flandes y Sevilla (Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses).
       Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Sala IV del Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses, en ExplicArte Sevilla.

La Sala IV del Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses, al detalle:
- Dolorosa
- Ecce Homo
- Huida a Egipto, atribuido a Cornelis Schut III
- Sagrada Familia, de Roelas
- Sagrada Familia con Niños Expósitos
- San Joaquín y Santa Ana, de Hita del Castillo
- San José y el Niño
- San José y el Niño, de Duque Cornejo
- San Millán
- Tablas de Mandas y Obligaciones 
- Virgen de la Faja, atribuida a Alonso Miguel de Tovar
- Virgen con el Niño
- Virgen orando
- Virgen orando

lunes, 22 de septiembre de 2025

Los principales monumentos (Barrio de la Villa, Balcón del Adarve, e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción) de la localidad de Priego de Córdoba (I), en la provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Barrio de la Villa, Balcón del Adarve, e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción) de la localidad de Priego de Córdoba (I), en la provincia de Córdoba.
     Embozada entre montañas, seduce al viajero que tiene la fortuna de acercarse a ella. El agua cantarina de las fuentes, la cal resplandeciente y humilde del barrio de La Villa y el barroco exuberante que reviste sus templos, constituyen la trilogía de bellezas con que esta vieja ciudad fronteriza, embozada entre montañas, seduce al viajero que tiene la fortuna de acercarse a ella. Pero aguardan más sorpresas, como el espléndido Adarve, la umbrosa Fuente del Rey o la sinuosa calle Río de señoriales casas. Priego nos espera.
     Villa situada al sureste de la provincia, en la intersección de las carreteras N-321 y C-336.
     Distancia a Córdoba: 103 Km.
     Altitud: 649 m.
     Extensión: 286,2 Km2
     Habitantes: 23.087.
     Gentilicio: Prieguenses.
     Mancomunidad: Subbética Cordobesa.
     Tras la conquista de este territorio, los árabes se establecieron en él a mediados del siglo VIII, y construyeron fortalezas en los altos cerros para vigilar los caminos. A partir de uno de estos recintos surgió probablemente la medina de Bagu -nombre árabe de Priego-, protegida por murallas. Tras la caída del Califato pasó a formar parte del reino zirita de Granada. En el 1090 ocupan estas tierras los almorávides, a los que reemplazarán los almohades a mediados del siglo XIII, Fernando III conquistó Priego en 1226, y años después lo entregó a la orden militar de Calatrava, que lo perdió en 1327 por traición de un escudero. En 1341 lo conquista definitivamente Alfonso XI, que reparó el recinto amurallado y repobló el lugar. Para mejorar la seguridad de esta posición fronteriza y recompensar la fidelidad a su causa, Enrique II concedió Priego en 1370 al señor de Aguilar, Gonzalo Fernández de Córdoba; más tarde, los Reyes Católicos dieron el nombre de Marquesado de Priego al título concedido en 1501 a la Casa de Aguilar en la persona de Pedro Fernández de Córdoba III. Pese a no residir en la localidad, este linaje señorial (que en el siglo XVIII se integraría en la Casa de Medinaceli) dirigió la vida local y evidenció un continuo afán de ampliar sus posesiones territoriales, lo que desencadenó las protestas de los vecinos. En 1881 Priego alcanzó el título de ciudad.
Oficina de Turismo de Priego de Córdoba
     +34 957 700 625
     http://www.turismodepriego.com (Diputación Provincial de Córdoba).
     Aunque no falta quien atribuye orígenes romanos a esta ciudad, cuando aparece realmente probada su existencia es durante la dominación musulmana, alrededor de la medina de Bagu, vinculada sucesivamente a Elvira y a Granada. Fue conquistada por el rey Santo en 1226 y entregada en 1245 a la orden de Calatrava. Tras su pérdida por traición en 1327, la conquistó de nuevo Alfonso XI en 1341. En 1370 el monarca Enrique II la cedió a Gonzalo Fernández de Córdoba, señor de Aguilar. A causa del valor estratégico de la zona, los Reyes Católicos concedieron en 1501 a Pedro III Fernández de Córdoba el título de marqués de Priego. Este marquesado se integró en el siglo XVIII en la Casa de Medinaceli. En 1881 se le concedió el título de ciudad (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      El núcleo urbano está situado sobre una meseta elevada a unos 650 metros de altitud, dominando una fértil Vega (Río Salado), cerrada por las diversas estribaciones de las Sierras Subbéticas. Sus altitudes más significativas son: Llano del Castillo, 652,0 m.; Paseo de Colombia, 650,0 m.; Fuente del Rey, 662,5 m.; Plaza Ayuntamiento, 655,0 m.
     En el análisis de la estructura urbana observamos como hay una gran parte de la ciudad que corresponde a una ocupación histórica hasta principios del siglo XX y otra de posterior desarrollo perfectamente diferenciadas.
     La trama viaria en general es irregular adaptándose a las diferencias de cotas del terreno, destacando el trazado del Barrio de la Villa donde llega a estrecharse en grado sumo, apareciendo escenas muy pictóricas. Las calles Río, Carrera de Álvarez y Carrera de las Monjas, son de mayor anchura y vienen marcadas de un carácter señorial determinado por el carácter de las casas palaciegas que la conforman. El balcón del Adarve viene a delimitar el Barrio de la Villa, conformando el límite natural del corte sobre la vega, permitiendo la admiración del paisaje que lo rodea.
     Tipología de manzana cerrada con viario accidentado debido a las irregularidades del terreno, típicamente medieval, con calles estrechas y tortuosas, y una parcelación que suele dar divisiones de formación estrecha y profunda, con patio o corralón de parcela. Manzanas pequeñas en Barrio de la Villa, y de mayor tamaño en los desarrollos de los Siglos XVII al XIX (con calles algo mayores). Trama más regular en los crecimientos al sur y oeste, al otro lado de la travesía de la carretera de Loja.
     La tipología edificatoria de vivienda sencilla de labranza de dos a tres plantas es general, matizándose en el Barrio de la Villa con calles más estrechas y tortuosas y más carácter de conjunto. Sin embargo en calle Río, Carrera de Álvarez y de las Monjas y el Paseo de Colombia las calles son más amplias con alturas de tres a cuatro plantas, ocupadas por viviendas señoriales que conforman un carácter y valor ambiental distinto con respecto a la homogeneidad anterior.
     Los elementos sustentantes los constituyen el tapial calicastrado de piedra, y el ladrillo unido con yeso de Espejo o Puente Genil, mortero bastardo de cal y más escaso el mampuesto de piedra. La cubierta de teja árabe y fachadas encaladas con la rejería. La carpintería predominante es de madera pintada que se está sustituyendo por hierro o aluminio.
     Desarrollo del casco claramente excéntrico, hacia el oeste, por las dificultades topográficas existentes al sur y este. 
     Ocupaciones lineales y desestructuración, con transformación de antiguos usos industriales, en el Arrabal de la Puerta de Granada (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Esta industriosa y, a un tiempo, aristocrática ciudad, faro del barroco cordobés y andaluz, se sitúa en la comarca de la Subbética, en un llanazo ligera mente elevado entre las Sierras Horconera -que tiene en la Tiñosa el pico más alto de la provincia, con sus 1570 metros-, la de Albayate, la de los Judíos y la de Alcaide. Dista de la capital 103 km, tanto por la carretera de Granada, a través de Baena, como por la de Málaga, a través de Cabra. En su término municipal, amplio y poblado por numerosas aldeas, tienen su asiento 23.151 habitantes, de los cuales 17.286 viven en la ciudad, cabeza de partido judicial.
Historia
     El término de Priego ha estado poblado de modo ininterrumpido desde la época Musteriense o lo que es igual desde el Paleolítico Medio. Sin embargo, tanto las crónicas de los viajeros musulmanes como las estatuillas votivas encontradas en la carrera de las Monjas, señalan que la ciu­dad no cobró verdadera entidad hasta la dominación romana.
     Durante el periodo musulmán, Priego perteneció primero a la Cora de Granada. Más tarde, tras participar en la rebelión de ben Hafsún contra el emirato de Córdoba, el califa Abderramán III la convirtió en capital de una nueva cora.
     En 1226, tras su conquista por Femando III, se convirtió en ciudad de frontera, pasando, en 1245, a la jurisdicción de la Orden de Calatrava. En 1327 volvió a poder de los árabes, produciéndose su conquista definitiva en el reinado de Alfonso XI. En 1370 pasó a depender del señor de Aguilar, Gonzalo Fernández de Córdoba. En tiempos de los Reyes Católicos, Priego alcanzó la categoría de marquesado, recibiendo el título Pedro Fernández de Córdoba, señor de Aguilar.
     En el siglo XVI la ciudad contaba con 7.700 habitantes, entre ellos un buen número de moriscos. De este tiempo data su industria textil y su conversión en un pequeño emporio económico, emporio que sufriría un duro golpe cuando en 1610 los moriscos fueron expulsados de España.
     No obstante, Priego supo recuperarse y es, precisamente, en el siglo XVII cuando se inicia la gran eclosión del barroco que la ha hecho famosa más allá de las fronteras provinciales.
     El siglo XIX verá crecer las industrias sericícola y textil en medio de los conflictos y las confrontaciones propios de la época. Así, fue ocupada por los franceses, más tarde se adhirió a la Constitución de 1812, participó en el pronunciamiento del general Riego, sufrió la ocupación de los Carlistas Cabrera y Gómez, conoció la creación del Círculo Cató1ico de Obreros y de la Federación Cordobesa Obrera, llegó a contar con 254 mendigos y 2.137 jornaleros del campo y, por fin, en 1881 recibió el título de ciudad.
     El siglo XX vio la ascensión a la jefa­tura del Estado de Niceto Alcalá-Zamora Torres, uno de sus vecinos, durante la II República.
Gastronomía
     La cocina autóctona de Priego se nutre fundamentalmente de los productos hortícolas de sus alrededores, de los derivados de la matanza y del pescado; es una cocina cristiana, pero también, sobre todo en la repostería, de claras reminiscencias islámicas; una cocina, por otra parte, ligada todavía a muchas de la festividades que tienen lugar en la ciudad.
     De sus fogones salen nada menos que cinco tipos de berza: de acelgas, de col, de cardillos, de cardos y de judías verdes o habicholillas, como se llaman aquí.
     Famoso es su relleno de carnaval, un embutido hecho con el cuajo del cerdo a base de pollo, ternera, jamón, tocino y huevos. Guisos característicos son el bacalao encebollado, que aún se come en muchas casas el Viernes Santo; las albóndigas de Semana Santa, hechas con boquerones, y el gazpachuelo de pescado.
     En repostería sobresale el arrezoli, un licor fabricado con café, aguardiente, hierbas aromáticas y manzanas; el turrolate y los hornazos, que aquí toman la forma de una gallina empollando su huevo.  
Artesanía
     La forja del hierro y la talla de la madera son dos viejos oficios que se siguen practicando en Priego de forma artesanal. Las rejas artísticas que se ven con profusión en las ventanas y balcones de la ciudad han salido de talleres como los Fernández Pareja, Rodríguez Mérida o los hermanos Conejo, en los que todavía se usa la fragua y el yunque.
     La madera cuenta con tallistas importantes, como Antonio Bonilla o José Hinojosa.
Fiestas y tradiciones
     El carnaval tiene gran presencia en la calle y en la cocina. La Semana Santa, declarada de Interés Turístico, reúne grandes atractivos.
     El Miércoles Santo se celebra la ceremonia del Prendimiento en la plaza de la Constitución, ante el Ayuntamiento.
     El Viernes Santo, los costaleros pugnan por apoderarse de las andas de Jesús Nazareno en la puerta de San Francisco y, a continuación, lo suben a la ermita del Calvario, en la cumbre del pueblo, al ritmo frenético de los tambores y de las trompetas. Una vez allí, el Nazareno bendice a la multitud congregada a sus pies. 
     Las Cruces de Mayo son igualmente de Interés Turístico.
     El día del Corpus la villa entera se engalana para la procesión.
     El tercer domingo de junio tiene lugar la Romería de la Virgen de la Cabeza, en la Sierra de los Judíos.
     Finalmente, entre el 1 y el 5 de septiembre se celebra la Feria Real.
Vida urbana
     Priego es una ciudad contenidamente bulliciosa, en la que la presencia de un turismo deseoso de experiencias culturales es cada vez mayor.
     Sus habitantes son abiertos y hospitalarios, orgullosos de su ciudad y de sus tradiciones y con un marcado sentido religioso, sobre todo, en los mayores. El trabajo en el campo y en la industria textil centra sus actividades, condicionadas por una red de comunicaciones no todo lo armónica que se deseara. Cuenta con un comercio activo y con buenos restaurantes y alojamientos.
     Sus inquietudes culturales se centran principalmente en la pintura y la música, celebrándose un importante Festival de piano, así como diversos cursos de pintura, principalmente paisajística, durante el verano.  
VISITA
     La plaza de la Constitución, centro teó­rico de la ciudad, es un buen lugar desde el que iniciar la visita. A un paso de aquí, a la derecha, mirando desde la portada del Ayuntamiento, en la carrera de las Monjas se localizan tres importantes museos, los tres en el mismo edificio, el Histórico, el del Paisaje Español Contemporáneo y, sobre todo el de Lozano Sidro (1872-1935), pintor prieguense que alcanzó alta fama con sus coloridos lienzos de tipo costumbrista.
     Prácticamente enfrente de los museos se encuentra la iglesia de las Mercedes*, Monumento Nacional, antiguo templo muy reformado en 1780 por Francisco Javier Pedrajas, que presenta la peculiaridad de ser en su interior una soberbia muestra del más puro rococó, mientras la portada, obra del italiano Nicolás Duroni, lo es del neoclasicismo. La iglesia es pequeñita, de una sola nave, sobre cuyo pequeño crucero se alza una luminosa cúpula gallonada sobre pechinas, con un ángel dorado en cada una de ellas. La rocalla, las cornisas mixtilíneas, la vegetación que corre por doquier, la ondulada tribuna, junto con la impoluta blancura del conjunto hacen de este templo una auténtica joya de las muchas que Priego conserva. 
     Junto a la plaza de la Constitución se encuentra la de Andalucía. De aquí parte la calle Río, artería principal, con un buen número de las hermosas casas de finales del XIX y principios del XX que aparecen diseminadas por toda la ciudad. En el número 33 se encuentra la casa natal de Niceto Alcalá Zamora, hoy convertida en museo visitable y en Oficina de Turismo.
     Antes, en el arranque de la calle, acera derecha, se alza la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, toda ella rococó también, tanto en la portada como en el interior, aunque en dorado, porque así lo ejecutó Juan de Dios Santaella en 1783.
     La calle Río acaba en uno de los luga­res más renombrados de Priego: las fuentes del Rey y de la Salud. Es este un espacio de una singularidad deliciosa. La fuente de la Salud, manierista, declarada Monumento Nacional y construida por Fran­cisco del Castillo en el siglo XVI, se adosa al muro que salva el desnivel de la calle, con su paramento almohadillado, con la imagen de la Virgen de la Salud y con sus límpidas aguas. Anexa a ella, en el centro de una gran plaza sombreada de plátanos, se encuentra la Fuente del Rey, grandiosa obra renacentista y barroca, hecha ya en el siglo XVI y concluida en el XIX, con sus 139 caños y la figura del dios Nep­tuno en el centro, con sus aguas transparentes y su banco corrido alrededor.
     Desde la plaza de Andalucía, bajando por Mesones y Obispo Caballero, se alcanza, en su compás, la iglesia de San Francisco, que perteneció al antiguo convento del mismo nombre, fundado en 1510. Tiene una sola nave, profusamente decorada con elementos barrocos. Destaca ampliamente la capilla de Jesús Nazareno, hexagonal y con cúpula gallonada, uno de los ejemplos más notables del barroco cordobés.
     Prácticamente al lado de este templo está la ermita de la Virgen de la Aurora, en la carrera de Álvarez, levantada en el siglo XV, pero incorporada al barroco a mediados del siglo XVIII bajo la dirección de Juan de Dios Santaella. Desde la mar­mórea portada, con la hornacina de la Virgen y la florida espadaña, hasta el inte­rior; todo el edificio es un magnífico juego de volúmenes en el que la decoración constituye su especial atractivo.
     Muy cerca de esta ermita aparece el paseo de Colombia, ajardinado y florido, con el balcón de la Puerta del Sol elevado sobre un espléndido paisaje de huertas y de colinas. De aquí parte el adarve. Siguiéndolo, se entra en el bellísimo barrio de la Villa*, espacio urbano de estrechas callejuelas inmaculadas, repletas de flores, con sus casas de patios encendidos y todo el color de los núcleos medievales, declarado Conjunto Histórico Artístico.
     Desde aquí se localiza fácilmente El Llano, donde se levanta, en primer lugar la iglesia de la Asunción*, notable edi­ficación de la que, al exterior, sobresale la torre, cuadrada y maciza, que más semeja construcción militar que religiosa. En esta iglesia de tres elevadas naves, la mejor de Priego, conviven los estilos gótico-mudéjar; plateresco y barroco formando un conjunto de volúmenes poderosos, de tejados y cúpulas muy evocadores. Su capilla del Sagrario*, obra de finales del siglo XVIII ejecutada por Francisco Javier Pedrajas, es un espacio cumbre dentro no sólo de la arquitectura andaluza, sino también española. Tiene planta octogonal, ambulatorio y tribunas y su decoración barroca resulta portentosa. 
     Junto a esta iglesia se alza el castillo. Es de origen romano, aunque fue completamente reconstruido por los árabes en el siglo IX. Dela mole que forma el conjunto destaca la conocida torre Gorda, llamada así por los prieguenses debido a su especial robustez.
     La iglesia de San Pedro está un poco más abajo, en la plaza de su nombre. Perteneció al convento de los franciscanos descalzos y tiene planta de cruz latina, crucero y, sobre él, bóveda de media naranja.
     A un lado tiene este templo las antiguas Carnicerías Reales, edificio del siglo XVI, que luce una bella portada manierista, almohadillada, con sus pilastras y su frontón mixtilíneo, ayer plaza de pescado y hoy activo centro cultural.
     Al otro lado, la iglesia de San Juan de Dios, erigida a finales del siglo XVII e, igualmente, pasada al barroco en el XVIII, se encumbra en lo alto de la Cava, volviendo su fachada a la plaza de la Constitución.
ALREDEDORES
     Priego tiene en su término un considerable número de aldeas, muchas de ellas situadas en parajes retirados, como las Angosturas o Las Lagunillas. Las más renombradas son las dos Zagrillas, Alta y Baja, apenas a siete kilómetros al sur (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
     Esta hermosa ciudad, cabeza de la Subbética, se levanta sobre un pequeño promontorio rodeado de espesos y bien cultivados olivares.
Historia
     Algunas fuentes hacen remontar su origen al siglo XV a.C., atribuyendo su fundación a los túrdulos. No obstante, los restos arqueológicos encontrados hasta el momento datan su existencia en la época romana. Los árabes la denominaron Medina Bahiga y durante los primeros siglos de su dominación alcanzó la importancia de una gran ciudad.
     Posteriormente, debido al avance de la conquista cristiana y a su situación, se convirtió en un lugar fronterizo que tuvo que soportar el paso alternativo de unas manos a otras. Tras una primera conquista por Fernando III en 1226 y su cesión a la Orden de Calatrava, fue conquistada definitivamente por Fernando el de Antequera en 1409. Tras la conquista de Granada, en la que tuvo parte sobresaliente como base logística, los Reyes Católicos la erigieron en marquesado, entregándosela a Pedro Fernández de Córdoba, sobrino del Gran Capitán, que fue el primer marqués de Priego. En 1711 pasó a depender del ducado de Medinaceli.
     A partir del siglo XVIII y durante el primer tercio del XIX, la ciudad, principalmente agrícola, se transforma en una gran centro sericícola y de producción de tejidos, alcanzando una larga época de bonanza económica. De esta época son la mayoría de los edificios barrocos que conforman aún hoy buena parte de su paisaje urbano.
Gastronomía
     La cocina prieguense, que utiliza fundamentalmente los productos del campo, es rica en imaginación y en antigüedad, haciéndose presente en ella la tradición árabe. Platos principales son el relleno de carnaval, fiambre hecho de diferentes carnes amasadas y hervidas; las albóndigas de Semana Santa, que tienen como base el pescado, y el potaje de Semana Santa, con bacalao. El cuajado de almendra y el piñonate, ambos con almendras, constituyen excelentes postres, que se acompañan con el famoso arrezoli, un licor autóctono hecho con café, aguardiente seco, camue­sas de las huertas prieguenses y hierbas aromáticas.
Artesanía
     La talla en madera y la forja son labores artesanas que a través de los siglos con­tinúan teniendo una gran vigencia en la ciudad. Se hacen también, aunque ya muy disminuidas, labores de ganchillo, esparto, bolillos, pica­pedrería en mármol y latonería.
Fiestas y tradiciones
     Todos los sábados a media noche, ataviados con capas cordobesas, recorren las calles cantando a la Virgen los "auroros", herma­nos de la Hermandad de la Virgen de la Au­rora, cuya fiesta se celebra el segundo domingo de septiembre.
     En Semana Santa resalta el Viernes, con la subida al Calvario de Jesús Nazareno, acompañado por los "sayones" y "romanos". El 14 de diciembre es el día de San Nicasio, patrón de la ciudad.
VISITA
     Priego es la gran ciudad barroca de la provincia de Córdoba. La plaza de Andalucía, donde se levanta el Ayuntamiento, es el centro geográfico y administrativo y en el espa­cio comprendido entre esta plaza, el Adarve y las calles Málaga y Obispo Pérez Muñoz se localiza la zona principalmente monumental de la ciudad.
     Los alrededores del Adarve, gran mirador sobre la campiña, constituyen el barrio de la Villa*, núcleo de enorme tradición. Aquí se encuentra la parroquia de Nuestra Se­ñora de la Asunción*, notabilísimo templo construido en el siglo XVI en estilo gótico y barroquizado en el XVIII, cuya capilla del Sagrario es Monumento Nacional desde 1932. Casi al lado se alza el castillo, de origen romano, de cuya época conserva la cimentación, reformado posteriormente por los árabes.
     La calle Río, que parte desde la plaza de Andalucía, es la arteria que reúne un mayor número de casas particulares barrocas. Bellas fachadas con hermosas puertas de madera y columnas salomónicas se suceden casi sin interrupción. En el número 33 nació Niceto Alcalá Zamora, presidente de la Segunda República.
     Al final de esta calle se encuentra la monu­mental fuente del Rey, precioso ejemplo del barroco ornamental (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Barrio de la Villa - Plaza de San Antonio.-
     Ciudad andalusí (siglos VIII-XIV): espacio intramuros que se corresponde aproximadamente con el actual Barrio de la Villa, quedando el espacio protegido por las murallas islámicas delimitado por el Tajo del Adarve, el castillo, la Puerta de Santa Ana y el Paseo de Colombia.- Villa bajomedieval cristiana (siglos XIV-XV): se corresponde con la ciudad andalusí, y parte de los arrabales andalusíes extramuros (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El Barrio de la Villa de Priego de Córdoba, es el viejo barrio y la raíz del municipio.
     Destaca por sus blancas calles quebradas y engalanadas con flores, que dan clara idea de sus orígenes árabes y medievales.
     Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972 (Diputación Provincial de Córdoba).

Balcón del Adarve.-
     Es el elemento urbano que mejor define la disposición de la ciudad en su paisaje inmediato. Entendido como muralla histórica de la población, consta de dos elementos claramente diferenciados: el cortado geológico de travertino y el recrecido murado, con fábrica de mampostería o sillarejo en la mayor parte de su alzado. Esta alineación no es sincrónica, sino que muestra la evolución diacrónica de estas defensas. De este modo, se yuxtaponen paramentos medievales (tanto islámicos como cristianos) con otros modernos (siglos XVI-XVIII) y contemporáneos (siglos XIX-XX), entre los que destacan los dos torreones medievales acondicionados como miradores, construidos con un perfecto despiece de sillería (siglos XIV-XV). El frente de estas torres es de 3,95 metros por un lateral variable entre 3,25 y 3,40 metros. La altura máxima de la fábrica, hasta cimentar sobre el travertino, se sitúa en torno de los 4,5 metros (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El Adarve es el Balcón natural del barrio prieguense de La Villa.
     Se asienta sobre un tajo de unos 30 mtrs. de altura y unos 200 mtrs. de longitud.
     Lo recorren diferentes miradores, compuestos de barandillas de hierro, farolas de forja y antiguas fuentes (Diputación Provincial de Córdoba).

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.-

     Es un templo de tres naves construido en la primera mitad del siglo XVI; pero el añadido de capillas y las transformaciones barrocas han desvirtuado la imagen gótico-mudéjar del conjunto.
     El hermoso retablo mayor, terminado en 1567, es anónimo, habiéndose relacionado con talleres sevillanos o alcalaínos. Se compone de ban­co, tres órdenes de columnas con hornacinas para escultura y registros para pintura, y ático. En la calle central están los relieves de la Anunciación y el Na­cimiento, la imagen de la Asunción, talla policromada de hacia 1600, y el Calvario en el remate. Se completa con esculturas de los Evangelistas y los Apóstoles. Los registros de pintura, con escenas de la Pasión y Resurrección, se contrataron en 1582 con Pedro de Raxis y Ginés López, acabándose todo en 1585. El sa­grario en forma de templete, decorado con relieves y atlantes, siguiendo el es­tilo del retablo, se añadió hacia 1602.
     En la cabecera de la nave izquierda está el retablo de San José, concertado en el año 1627, con talla de Juan Fernández de Lara y pintura de Cristóbal Vela Cobo. La imagen ti­tular obra granadina de principios del XVIII, se relaciona con el taller de los Mora. Lleva tallas de San Cristóbal y San Blas, y pinturas de San Juan Evangelista y San Jerónimo en el banco y la Anunciación entre San Antonio y San Francisco en el ático. En la nave, sobre la puerta de la sa­cristía, hay un bello lienzo del Éxtasis de la Magdalena, del XVIII, y a los lados de la misma se han colocado dos tablas con Santiago en Clavijo y Santiago preso, procedentes de la desaparecida iglesia  de Santiago, obras hispano-flamencas del último cuarto del siglo XV restauradas en 1996. Pasada la puerta está la capilla del Cristo de los Parrilla, acabada en 1636. El Crucificado, de hacia 1635, está atribuido a Alonso de Mena, y se restauró en 1996. El retablo siguiente es de estípites, de hacia 1770, y se atribuye a Juan de Dios Santaella.
     La espectacular capilla del Sagrario se construyó entre 1772 y 1784 por Francisco Javier Pedrajas. En 1921 se colocó el tabernáculo, obra del escultor Manuel Garnelo y Alda.  En los muros hay diversos retablos, en su mayoría de fines del XVIII; los antiguos están dedicados a San Felipe Neri, San Pedro Papa, la Virgen del Carmen, San Francisco de Paula y Santa Lucía, talla granadina repintada, atribuible a Alonso de Mena, hacia 1615-20.
     La capilla de la Inmaculada tiene retablo de hacia 1625 e imagen moderna. Sigue la reciente capilla del Cristo de la Expiración, cuya portada es de 1549. El Crucificado, fechado hacia 1750, se está restaurando en 2005. Cerrando la nave se encuentra el misterio del Descendimien­to, de Niceto Mateos, de 1995. A los pies está el retablo de Santiago Matamoros, traído en 1868 del convento de Santa Clara. El lienzo, fechado en el siglo XVII, se atribuye a Manuel Francisco Arias Contreras.
     La cabecera derecha tiene un retablo gemelo al del lado izquierdo. Lo preside San Pedro papa, obra probable de Fernández de Lara del año 1625, retocada en 1748. Las pinturas, debidas a Cristóbal Vela, muestran las Ánimas del Purgatorio, Jesús y María y, en la puerta del sagrario, Cristo del Perdón; en el ático se ve la Inmaculada del Carmelo.
     Sigue el retablo de Nuestra Señora de la Caridad o de los Desamparados, realizado por Remigio del Mármol en 1790. En el camarín está la imagen de vestir, anónima de hacia 1750, am­bivalente de gloria y de pasión. En los laterales se ven las figuras de San Antonio y San Valentín. Remata un Crucificado y, en la bolsura, las tres Virtudes Teologales. En 1751 se fecha la capilla de San Rafael, con escultura de estética granadina, y cuadros de la Anunciación, San Miguel, el Ángel de la Guarda, San Francisco y San Antonio; en el remate un medio punto con la Sa­grada Familia, San Joaquín y Santa Ana. Sigue el retablo de Nuestra Señora de los Dolores, obra de Francisco Hurtado Izquierdo de hacia 1695, reformado; la Dolorosa, es de estética granadina de la misma fecha.
     La capilla de San Miguel, obra de Sánchez de Rueda, guarda un retablo de hacia 1770 atribui­do a Juan de Dios Santaella. En el muro derecho cuelga un cuadro de la Inmaculada, de taller local del siglo XVIII. A continuación, en la nave, están el retablo de San Efrén, de hacia 1690, una hornacina pequeña con Santo Domingo y otro retablo del XVIII con lienzos de escasa calidad. A los pies está la Imposición de la casulla a San Ildefonso, del tercer cuarto del XVII, firma­do por Manuel Francisco Arias Contreras y con marco de hacia 1780.
     Entre las obras conservadas en las dependencias parroquiales destacan un Crucificado de primer cuarto del siglo XVII, adaptado a un dosel del XVIII, un lienzo de gran tamaño de la In­maculada, obra del siglo XVIII, y un Apostolado del siglo XVII. También, una Inmaculada derivada del modelo de Cano, el retrato de San Juan de Dios de hacia 1600, atribuido a Pedro de Raxis, y otro lienzo del XVII, que representa a San Pablo.
     Las piezas de orfebrería abarcan un variado muestrario. Sobresalen los tres portapaces realizados por Rodrigo de León en 1580, el templete para el Corpus, del platero granadino Luis de Beas de 1589, arreglado por Navarrete en 1723, y el ostensorio con punzones de Juan Polaino de Cuéllar; hecho en 1633. Hay también varias obra de Damián de Castro y Antonio de Santacruz y Zaldúa, así como un juego de altar de oro y esmaltes con punzón del platero madrileño Martínez, legado en 1794 por el obispo Caballero y Góngora (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      Su construcción comenzó en 1525, a instancias de la Marquesa de Priego. Edificio gótico-mudéjar de tres naves del siglo XVI, con arcos apuntados sobre pilares octogonales, terminados por una cubierta mudéjar con decoración que aún se conserva bajo la bóveda barroca del siglo XVIII. La Puerta de Santa Ana, de estilo plateresco, se atribuye a Martín de Bolívar, artista del círculo de Siloé. La reja de la puerta principal es de 1575 y la torre de 1541. Ya en el siglo XVII se realizaron las numerosas capillas laterales como la del Cristo de los Parrillas terminada en 1636, la imagen del Cristo es atribuida a Alonso de Mena, fechándose hacia 1635.
     Destaca el Retablo Mayor del renacimiento tardío. Su distribución parte de un banco y tres cuerpos rematados por un ático, divididos de arriba abajo por tres calles y cuatro entrecalles en distinto plano que fue montado en 1567. Su autoría se desconoce, al igual que el imaginero y el lugar de procedencia del mismo. Las pinturas son de Pedro de Raxis y Ginés López.
     El templo actual es fruto de la remodelación realizada entre 1743 y 1747, que consistió en ocultar los antiguos artesonados con bóvedas de arista, dotando al conjunto de una cúpula oval delante del presbiterio. Los antiguos arcos góticos quedaron ocultos bajo los de medio punto y la nueva decoración utilizó abundantes yeserías y molduras. El autor de esta gran obra fue Jerónimo Sánchez de Rueda.
    El templo parroquial de Nuestra Señora de la Anunciación, pese a su actual aspecto barroco es un edificio gótico tardío. 
     Su construcción se llevó a cabo en la primera mitad del siglo XVI, estando acabada hacia 1550.
 La Capilla del Sagrario consta de dos cámaras, una mayor que otra, unidas por un eje longitudinal. La primera cámara, que coincide con la antigua capilla sacramental, es la más pequeña, ya que estaba flanqueada por otras capillas preexistentes, que no permitieron su ensanchamiento. Su planta es fundamentalmente un rectángulo, cercano al cuadrado, cuyos lados mayores son paralelos a la nave de la iglesia  y perpendiculares al eje del conjunto del sagrario. La segunda cámara, la mayor, que se hizo fuera del ámbito primitivo del sagrario tiene una planta octogonal, circundada por un ambulatorio, también octogonal, de esta forma se desarrollan dos octógonos concéntricos. En alzados, la primera cámara presenta la alternancia de muros cerrados, en los lados menores del rectángulo, y abierto en los mayores, con los arcos de entrada y unión de las dos cámaras, pero quizás, lo más interesante es la evolución del rectángulo de la planta al cuadrado en que se inscribe la media naranja de la cubierta, a través de los arcos cóncavos laterales. Estos descansan en pilastras también cóncavas, adaptadas a los ángulos, donde aparecen unas repisas con doseles, destinadas a unas esculturas de los Apóstoles. De los citados arcos cóncavos surgen las pechinas, que a su vez sustentan una dinámica cornisa, arranque de la cupulita gallonada. En la segunda cámara los alzados se basan en la sucesión de dos cuerpos, con arcadas sobre pilares, que circundan el octógono central, rematándose el conjunto con una cúpula gallonada sobre una cornisa sumamente movida y rota, que produce el efecto de la espuma del océano, con putti y ángeles chapoteando entre los rompientes. De los dos cuerpos mencionados, el inferior corresponde al deambulatorio y el superior a las tribunas, las cuales se enriquecen con una baranda continua, cuyos modillones salen fuera para rodear los soportes de las arcadas. Así pues, esta estructura determina una interactuación de dos espacios, y la subordinación de dos unidades centrales.
     El año 1772 fue muy importante no sólo para esta parroquia y Priego, sino también para el Barroco español, pues se inician las obras del Sagrario. Ya desde el siglo XVI en el mismo lugar del actual sagrario, existía una capilla sacramental. 
     Esta capilla, transcurrido el tiempo no era suficiente y se planteó la necesidad de hacer  una capilla más extensa y adecuada, autorizándolo el Gobernador de la Abadía de Alcalá la Real en 1772. Como la parroquia no poseía suficiente terreno para esto se acude al Cabildo, para que autorice tomar una callejuela adjunta al antiguo sagrario. Este asunto se resolvió favorablemente al darse la licencia necesaria en el cabildo de 20 de agosto de 1772. A partir de aquí comenzaron las obras, que en 1786  se sabe que aún continuaban los trabajos.
     La autoría del sagrario resulta algo problemática, pues ninguno de los documentos conservados reflejan el nombre de su arquitecto, sólo se nombra al maestro alarife de las obras. Tradicionalmente se viene atribuyendo a Francisco Javier Pedrajas cuya firma aparece estampada en el estuco, si bien puede que existiese un planta o idea previa de Jerónimo Sánchez de Rueda y que luego elaboró y adaptó  a los nuevos tiempos Pedrajas. No obstante, es a este maestro al que debemos considerar autor de esta importante obra de arte (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Comenzada la Iglesia a principios del siglo XVI, junto al Castillo y el barrio de la Villa, se concibió como un espacio gótico-mudéjar de tres naves, con arcos apuntados sobre pilares octagonales, terminados por una cubierta mudéjar con decoración que aún se conserva, sobre la bóveda barroca del siglo XVIII.
     En la capilla mayor existe una bóveda de medio cañón con casetones de estilo renacentista. De esta época es la puerta de la plaza Santa Ana, pudiéndose considerar plateresca, atribuida a Martín de Bolívar. Del año 1575 es la reja de la puerta principal y del 1541 la torre. Las cúpulas de enterramiento se fueron creando en el siglo XVII. 
     El aspecto actual del templo se debió a la importante reforma del artista Jerónimo Sánchez de Rueda.
     De autor desconocido, el Retablo fue construido en el año 1567. La distribución del mismo parte de un banco y tres cuerpos rematados por un ático dividido de arriba abajo por tres calles y cuatro entrecalles, en distinto plano. Los autores de las pinturas fueron Pedro de Raxis y Ginés López.
     El Sagrario, una de las obras maestras del barroco español, fue realizado por Francisco Javier Pedrajas, entre 1772 y 1784, y es Monumento Nacional desde 1932.
     Su planta consiste en un octógono rodeado de paso inferior y tribuna que es rematada con una impresionante cúpula gallonada que está perforada en su base por ocho amplios ventanales de los que desciende la luz a todo el conjunto, al que se antepone un recinto menor cuadrado.
     Esta magnífica arquitectura se recubre con una profusa decoración de molduras y yeserías de inspiración rococó. En el centro se alza un tabernáculo de 1921, del escultor Manuel Garnelo (Diputación Provincial de Córdoba).
 
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Barrio de la Villa, Balcón del Adarve, e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción) de la localidad de Priego de Córdoba (I), en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.

Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.